El pasado viernes, 22 de marzo, los niños del último curso de infantil visitaron la Granja escuela “Más del Capellà” en Olocau coincidiendo con el inicio del proyecto “L’ornitorinc”. Realizaron una escapada a la naturaleza para poder estar en contacto directo con animales y plantas y poder observar, experimentar y reflexionar sobre lo que les proporciona el entorno natural.
Lourdes Mulió. Profesora de Infantil
El día empezó lleno de nervios y alegría ante la perspectiva de pasar un día al aire libre rodeado de animales en plena naturaleza y no quedaron decepcionados en absoluto porque resultó un día precioso en todos los aspectos.
Nada más llegar a la granja vimos a los monitores y monitoras que nos estaban esperando con mucha ilusión y, en cuanto bajamos del autobús, distribuyeron a nuestros alumnos por equipos: caracoles, mariposas, cerditos, ratones, peces, tortugas,… y se hicieron cargo de ellos durante el resto de la jornada.
En primer lugar almorzaron e inmediatamente se fueron a realizar las diferentes actividades y talleres. A cada equipo se le asignó un itinerario. Junto con sus monitores, los alumnos fueron completando su recorrido, a la vez que observaban de primera mano el día a día de los animales en la granja.
En el taller de herboristería, los niños pudieron conocer las plantas aromáticas y medicinales, sus propiedades, sus aromas. Posteriormente, en el aula, con plantas secas, mortero, sal y aceite realizaron una bolsita aromática, que se llevaron como recuerdo.
En el Taller de transformación, pudieron aprender los procesos de transformación de los productos de origen animal y vegetal, desde que se obtienen en la naturaleza hasta que son consumidos o utilizados por el hombre. Los alumnos elaboraron una galleta, que posteriormente se llevaron a casa para poder contar a los papis tan grata experiencia.
La actividad estrella: ¡un paseo en calesa tirado por un precioso caballo llamado Tico! fue una de las experiencias más bonitas en este magnífico día en la naturaleza, respirando aire puro y rodeados de las maravillosas vistas de la Sierra Calderona.
Después de un pequeño descanso en el patio de la granja dónde no faltaron los juegos, los bailes y un sinfín de actividades más, pasaron al comedor donde comieron rápidamente porque estaban deseando salir para seguir jugando, y así lo hicieron; aprovecharon hasta el último minuto de estancia en esta preciosa granja.
Ya de vuelta en el autobús, cansados, nerviosos y muy contentos, la emoción de nuestros peques se reflejaba en sus caritas, habían disfrutado de un día muy especial.
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